Por suerte para este devastado cuerpo, y por desgracia para
esta desastrosa mente enferma, las reuniones de antaño, en la cuna de la
capital de la Alcarria, no son algo de lo que podamos hablar con asiduidad.
El trabajo, la distancia, las malas mujeres y los distintos
quehaceres del día a día, nos mantienen alejados de la vida en grupo de la que
solíamos alimentarnos durante nuestros años de juventud.
Pero raras veces, como cuando llegas a ver una estrella fugaz
en una noche de luna nueva, la mente de enjambre convoca a sus tropas. Suenan gaitas
con notas prohibidas, las agencias de seguridad nacional reciben alertas
naranja, los fabricantes de cerveza se frotan las manos en sus lúgubres
despachos mientras ríen malévolamente, las madres esconden a sus hijas y los
padres guardan los caballos.
El Señor Oscuro toca diana. Sus leales súbditos acuden
raudos y veloces. Nos dirigimos a la batalla, feroces y desbocados, con una
pinta en la mano y espada en la otra. La bella y fría cuidad nos espera,
dispuesta a arroparnos al calor de la vieja barra del bar.
Que estas líneas sirvan como epitafio si perecemos en el
intento, contad nuestras historias a los nietos de nuestros nietos, componed
canciones, lloradnos, recordad, mientras os lamentáis, las noches que os
hicimos rozar el cielo con la punta de los dedos, brindad a la salud de los
bárbaros combatientes que os observarán desde el salón del Valhalla.
Corred si nos veis el sábado, es un aviso, que suene el
rockanrol, que llueva sangre y cerveza fría, rezad los que sepáis, porque los
muchachos están de vuelta ¡¡¡the boys are back!!!!
the boys al bar... jjiji que resuenen tambores, tambores de templa!!
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