Siempre es duro el día
después de la batalla, despertarse (que no levantarse), hacer
recuento mental de si está todo en orden, física y mentalmente,
comenzar a agrupar recuerdos borrosos y esquivos del día anterior,
que casi es mejor dejar en el limbo del olvido, intentar moverse y
descubrir dolores que juraste que no volverías a tener....
Y esta última batalla
fue dura, muy dura. Hacía mucho tiempo que no juntábamos a las
hordas en nombre del señor oscuro y esta vez si acudieron todos a su
llamada, incluso guerreros míticos y perdidos que solo responden
ante el cuerno de Vorondil, se unieron ante esa esperada noche.
El cielo presagiando lo
que iba a acontecer nos recibió gris y plomizo, incluso con lluvia
helada que calaba hasta los huesos y poco a poco fueron llegando los
guerreros, preparados para la larga tarde-noche de batalla. Todos con
sus mallas resplandecientes, los cascos bajo el brazo,sus escudos
recién pintados y como armas una jarra en la mano derecha.
Con los nervios previos
al momento en el que se tiene que encontrar con el enemigo, se
fueron recordando anécdotas pasadas, recuerdos de otras escaramuzas,
historias de días míticos que nos harán entrar en el salón de la
gloria, mientras el gran banquete se preparaba.
El banquete previo
finalmente comenzó, grandes bandejas de los animales mas exquisitos
pasaron por la mesa del salón, ingentes cantidades de cerveza
corrieron por esa sala, los nervios del guerrero deben ser aplacados
con cerveza, estupendos momentos de camaradería se vivieron bajo
aquel techo, todos sabiendo lo que nos iba a esperar. Por fin cuando
no quedaron ni los huesos y la cerveza empezó a escasear nos pusimos
en marcha.
De la batalla no quiero
hablar, siempre son momentos duros, demasiados compañeros que vas
perdiendo a lo largo de la noche, gente que creías a tu lado y que
caen ante los efectos de las armas del enemigo, recuerdos borrosos
por el dolor de la noche. Creo que mi cerebro ha preferido olvidar
todos esos momentos.
Y aquí estamos,
intentándonos recuperar de la noche, haciendo recuento de bajas.
Lo que no sabe el enemigo
es que, The Boys will be Back
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