El Banco de tres Patas (Parte 3)
Finalmente, los bancos de
tres patas. La última parte de la teoría, la última pata del banco. Mucho ha
pasado desde que escribí la primera parte. Me alegra saber que hay mucha gente
con ganas de leer esta parte. Seguramente os defraudara. Pero aquí van los tres
últimos personajes. Aquellas personas que cumplen los tres requisitos de la
teoría, las tres patas del banco que nunca cojea, el banco de tres patas. Los
tres últimos personajes:
·
El
banco ocupado: Sin duda,
personaje más doloroso de todos. Es la persona ideal, cumple todos tus
requisitos. Te diviertes con ella, confías plenamente y además no puedes parar
de admirarla, es a todos los efectos un banco de tres patas. Pero este banco
tiene un problema, este banco está ocupado. Alguien se te adelanto o
simplemente vio lo que tu un fuiste capaz de ver en su momento, pero ese banco
está ocupado.
El banco
ocupado suele conocerse en aquellos lugares cotidianos, sitios donde vas
frecuentemente. Lo normal es conocerlos en el colegio, el instituto, la
oficina, el curso de inglés o en sitios
similares. En el momento que sabes que
el banco está ocupado, intentas alejarte de él, te auto convences de la
importancia de no tropezar en esa piedra. Desde el principio sabes que no
tienes nada que hacer así que intentas evitar pensar en ese banco, por muy
cómodo que parezca sabes que ahí no te vas a sentar. Pero como hemos dicho, los
bancos ocupados forman parte de tu rutina. No puedes dejar de hacer tu vida.
Por este motivo acabas compartiendo un montón de tiempo con ellos. Te ríes y te
diviertes con esa persona, es genial, es
todo lo que estabas buscando, no eres capaz de imaginarte la vida sin ella. Cuando
te quieres dar cuenta, estás enamorado hasta no poder más.
Pero
este amor es insano, solo causa dolor. Es la persona de tu vida y tú ni
siquiera puedes luchar por ella, pues esa batalla ya tuvo un ganador. El tiempo
va pasando y en tus entrañas crece una mezcla de dolor, amor y odio que te va
comiendo por dentro.
Intentas
olvidarlo, intentas alejarte de nuevo pero ya es tarde, forma parte de tu vida
no puedes alejarte y no hay alcohol en el mundo que te haga olvidarlo (conozco
a gente que lo ha intentado). El banco ocupado no sale de tu cabeza, te aferras
a cualquier pequeño gesto para mantener la esperanza de que el banco pueda
quedar libre pero en el fondo sabes que eso no va a pasar.
Sabes
que en su vida hay otra persona que está haciendo todo lo que tú quieres hacer.
Esa otra persona es la que la ve despertar por las mañanas, la que la cuida
cuando está enferma. Están construyendo un proyecto de vida que tú querrías
para ti y no puedes hacer nada. Esa otra persona siempre va estar por delante de
ti, siempre va a ser prioritaria. Dolor, cada vez más dolor en las entrañas.
Nadie en
el mundo puede aguantar eternamente este dolor. Aguantas por el miedo a perder
a esa persona tan especial pero como dijo Yoda: “El miedo es el camino hacia el
Lado Oscuro, el miedo lleva a la ira, la ira lleva al odio, el odio lleva al
sufrimiento”. Pero todo tiene un límite y un día terminas explotando. Confiesas
tu amor en un intento de dejar de sufrir y evidentemente pasa lo que tiene que
pasar, eres rechazado. Todo se va a la mierda.
Primero
tienes un ataque de ira y acabas pagándolo con la persona a la que tanto
quieres. Has hecho todo lo que has podido y no has conseguido más que dolor y
rechazo. El banco ocupado no tiene la culpa, siempre fue sincero, tú ya sabías
que el banco estaba ocupado. Pero en esos momentos no eres capaz de pensar así.
La frustración nubla tu mente. El lado oscuro es fuerte en ti. Vuelcas toda tu
frustración en la otra persona. El amor se ha ido y solo te queda odio. Pierdes
a una gran persona en tu vida y con el tiempo pasa a ser un doloroso recuerdo. Eso
es lo más triste de todo.
Para
terminar unos versos del gran Kutxi, cantante de Marea, que refleja muy bien
este sentimiento:
Si tú supieras lo que es ver al sol
morirse de ganas de dar de lleno en
la pared de un cuarto sin ventanas
(Un cuarto sin ventanas, Marea)
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·
El
banco incomodo: Llevas
mucho tiempo sentado en el mismo banco y la ligera molestia que te provocaba en
la espalda ahora se ha convertido en una tortura. Ya no estás cómodo en ese
banco. Era el banco de tus sueños, por eso lo compraste, pero el tiempo ha
desgastado las patas y ahora no cumple tus expectativas. Tú has cambiado y el
banco también.
Eso no
quiere decir que en su momento no fuera el banco perfecto, no quiere decir que
no haya habido amor ni siquiera quiere decir que haya sido un error.
Simplemente no era el definitivo o simplemente has visto un banco mejor.
Tantos
días, meses o años juntos, han matado todo. Lo que antes era divertido ahora es
rutinario. Vuestras vidas han tomado diferentes caminos. Ya no queréis lo
mismo. Quizá sea la vida laboral que consume todo tu tiempo, quizá ya no estés
dispuesto a vivir en el mismo sitio toda la vida, vivir en un sitio al que
sientes que no perteneces y sin embargo el banco está anclado a él.
Puede
haber muchas razones. Has conocido gente nueva que te ha abierto otras miras o
incluso has conocido un nuevo banco mucho más cómodo.
Son
muchos los síntomas que indican problemas de pareja graves y profundos.
Vuestras vidas cada vez tienen menos cosas en común, tus amigos ya no son sus
amigos. Hay toda una vida social al margen de la pareja, una vida con la que te
diviertes y en la que no lo echas de menos. Los actos sociales juntos cada vez
son menos y se reducen a compromisos familiares y/o amistosos. La boda de algún
amigo, comidas con los suegros y/o cuñados, algún bautizo, cumpleaños… Pero ya
no es la primera opción de diversión.
No es
fácil dejar un banco con él que has sido tan feliz. Has construido una vida en
común y sientes miedo a lo nuevo, a lo desconocido. Vives con él, puede que
hasta te hayas casado o incluso tengas hijos en común. Todo es muy complicado.
Su familia ya es tu familia. Has construidos lazos afectivos con todos ellos y
no te sientes con fuerzas de romper todo eso. Temes ser juzgada por todos,
incluso por los tuyos que ya habían aceptado al banco como uno más.
Así que
te convences de que será un bache, que ya se te pasara. Hablas con tus personas
de confianza y te dicen que es lo normal en las parejas, que siempre hay
rachas. Te obligas a seguir intentando creer todo lo que te dicen, es lo más
fácil. ¡Cómo vas a romper todo aquello que habéis construido! Solo queda
resignarse y tirar hacia adelante.
Pero los
problemas siguen ahí, no se han ido ni se van a ir. Cada vez hay más broncas
entre vosotros. Cualquier tontería te hace saltar. Lo que antes eran virtudes
han pasado a ser defectos. Ya no hay marcha atrás, la relación va a acabar mal.
Siempre
es triste cuando algo tan bonito se convierte en un pequeño infierno personal.
Por eso no hay que llegar a este extremo, no hay que dejar que el amor que un
día sentiste se transforme en odio o incluso, en algo peor, en indiferencia.
No hay
que tener miedo a dejar un banco, no es fácil hacerlo pero si es lo más
recomendable.
·
El
banco perfecto: Y por
fin, el banco perfecto. El personaje que da sentido a todos los demás. El banco
que todos buscamos y que por desgracia pocos encuentran. La persona en quien confías, la persona con
la que te diviertes la persona que te vuelve loco con solo una mirada. No es
que sea guap@, es que es el/la más guap@.
A su lado descubres que todo es importante. De pronto entiendes que pasar un
domingo por la tarde de peli y manta viendo películas de Hugh Grant no es tan
malo. Que lo importante es que este contigo, a tu lado, compartiendo una tarde
más. De pronto no importa el resultado de tu equipo de futbol, no importa que
tus colegas este de fiesta. Lo único importante es que estas con la persona
perfecta y solo quieres disfrutar de eso.
Los despertares son menos duros si lo primero que ves es su cara. Ya no es
tan jodido ir al trabajo y despiertas con más energía. La lluvia ya no te
fastidia los amaneceres. Eres feliz.
Lo que en otras personas eran defectos que no podías tolerar, ahora son
pequeñas cosas que la hacen especial. Aprendes a apreciar cada detalle, incluso
los malos. Pierdes la objetividad, porque eres feliz y todo lo demás no importa.
La vida es más fácil, ya no tienes miedo de fracasar. Ya nada puede ir mal
porque la gran batalla de tu vida ya la has ganado. Ya tienes tu banco
perfecto, ya tienes aquello que todo el mundo busca. Una persona que te
completa, que te entiende, que te hace reír, que te hace gozar y disfrutar en
definitiva, que te hace feliz.
Empiezas
una vida un común, llena de proyectos ilusionantes. Compartes casa, amigos y
familia. Compartes un proyecto en común, nuevas ilusiones que mantengan viva la
relación, ilusiones que te hacen seguir hacia adelante. Cada objetivo logrado
en común es un motivo más para estar feliz. No puedes imaginar tu vida sin en
soledad, ya no. Has probado la verdadera felicidad y no aceptas nada más.
El banco
perfecto es un personaje utópico, como podéis observa. Lo importante es
acercarse a esta utopía. Cuando empecé esta teoría hace muchos meses. Yo creía
firmemente en el banco perfecto. Necesitaba creer en él. Pero en la actualidad
no me muestro con tanta fe. Observo a mi alrededor solteros ansioso de
encontrar a su banco, parejas hartas el uno de la otra, demasiados bancos
incomodos, incluso de muchos años. Gente que no sabe valorar lo que tiene. Solo
muy rara vez parejas felices, en las que
atisbas la sensación de banco perfecto mutua.
Sigan
buscando su banco perfecto, aunque como yo cada vez crean menos en él. Una vida
en sin creer en él, quizá no merezca la pena vivirla. Quizá esta búsqueda es la
que nos hace mejores personas, la que nos hace querer mejorar, la que nos hace
levantarnos por la mañana, trabajar y seguir adelante. Quizá, la esperanza de
encontrar un banco perfecto es la esperanza que mueve a las personas, la
esperanza que mueve el mundo. Aunque a veces en esta búsqueda solo consigamos
una decepción, tras otra.
Y hasta aquí llego la
teoría del banco de tres patas. Mucho creeréis en ella, otros pensareis que es
una tontuna, el caso es que seguramente todos tengáis razón. Todos los personajes tienen su parte de
verdad, por eso son creíbles, pero ninguno es real.
No se puede cuantificar
aquello que llaman amor. No hay dos personas iguales, no puede haber personajes
100% reales. Es tan solo la teoría de un pobre idiota que nunca entendió las
emociones, un pobre idiota que nunca entendió el amor y que necesita
cuantificarlo y elaborar absurdas teorías que le expliquen el comportamiento y
las emociones humanas. Un pobre idiota más racional que emocional, que solo
sabe moverse por razones y nunca por emociones. Un pobre idiota que quizá nunca
conoció el amor y por eso nunca llego a entenderlo.
Brindemos finalmente, por
lo bancos perfectos, por aquellos que lo consiguieron. Brindemos por Irene
Cano, que inconscientemente inspiro es teoría. Otro Gin tonic por favor y que sea en copa de Balón.