domingo, 12 de mayo de 2013

El Banco de tres Patas (Parte 3 y Final)


El Banco de tres Patas (Parte 3)
Finalmente, los bancos de tres patas. La última parte de la teoría, la última pata del banco. Mucho ha pasado desde que escribí la primera parte. Me alegra saber que hay mucha gente con ganas de leer esta parte. Seguramente os defraudara. Pero aquí van los tres últimos personajes. Aquellas personas que cumplen los tres requisitos de la teoría, las tres patas del banco que nunca cojea, el banco de tres patas. Los tres últimos personajes:

·         El banco ocupado: Sin duda, personaje más doloroso de todos. Es la persona ideal, cumple todos tus requisitos. Te diviertes con ella, confías plenamente y además no puedes parar de admirarla, es a todos los efectos un banco de tres patas. Pero este banco tiene un problema, este banco está ocupado. Alguien se te adelanto o simplemente vio lo que tu un fuiste capaz de ver en su momento, pero ese banco está ocupado.

El banco ocupado suele conocerse en aquellos lugares cotidianos, sitios donde vas frecuentemente. Lo normal es conocerlos en el colegio, el instituto, la oficina, el curso de inglés o en  sitios similares.  En el momento que sabes que el banco está ocupado, intentas alejarte de él, te auto convences de la importancia de no tropezar en esa piedra. Desde el principio sabes que no tienes nada que hacer así que intentas evitar pensar en ese banco, por muy cómodo que parezca sabes que ahí no te vas a sentar. Pero como hemos dicho, los bancos ocupados forman parte de tu rutina. No puedes dejar de hacer tu vida. Por este motivo acabas compartiendo un montón de tiempo con ellos. Te ríes y te diviertes con esa persona,  es genial, es todo lo que estabas buscando, no eres capaz de imaginarte la vida sin ella. Cuando te quieres dar cuenta, estás enamorado hasta no poder más.

Pero este amor es insano, solo causa dolor. Es la persona de tu vida y tú ni siquiera puedes luchar por ella, pues esa batalla ya tuvo un ganador. El tiempo va pasando y en tus entrañas crece una mezcla de dolor, amor y odio que te va comiendo por dentro.

Intentas olvidarlo, intentas alejarte de nuevo pero ya es tarde, forma parte de tu vida no puedes alejarte y no hay alcohol en el mundo que te haga olvidarlo (conozco a gente que lo ha intentado). El banco ocupado no sale de tu cabeza, te aferras a cualquier pequeño gesto para mantener la esperanza de que el banco pueda quedar libre pero en el fondo sabes que eso no va a pasar.

Sabes que en su vida hay otra persona que está haciendo todo lo que tú quieres hacer. Esa otra persona es la que la ve despertar por las mañanas, la que la cuida cuando está enferma. Están construyendo un proyecto de vida que tú querrías para ti y no puedes hacer nada. Esa otra persona siempre va estar por delante de ti, siempre va a ser prioritaria. Dolor, cada vez más dolor en las entrañas.

Nadie en el mundo puede aguantar eternamente este dolor. Aguantas por el miedo a perder a esa persona tan especial pero como dijo Yoda: “El miedo es el camino hacia el Lado Oscuro, el miedo lleva a la ira, la ira lleva al odio, el odio lleva al sufrimiento”. Pero todo tiene un límite y un día terminas explotando. Confiesas tu amor en un intento de dejar de sufrir y evidentemente pasa lo que tiene que pasar, eres rechazado. Todo se va a la mierda.

Primero tienes un ataque de ira y acabas pagándolo con la persona a la que tanto quieres. Has hecho todo lo que has podido y no has conseguido más que dolor y rechazo. El banco ocupado no tiene la culpa, siempre fue sincero, tú ya sabías que el banco estaba ocupado. Pero en esos momentos no eres capaz de pensar así. La frustración nubla tu mente. El lado oscuro es fuerte en ti. Vuelcas toda tu frustración en la otra persona. El amor se ha ido y solo te queda odio. Pierdes a una gran persona en tu vida y con el tiempo pasa a ser un doloroso recuerdo. Eso es lo más triste de todo.

Para terminar unos versos del gran Kutxi, cantante de Marea, que refleja muy bien este sentimiento:

Si tú supieras lo que es ver al sol
morirse de ganas de dar de lleno en
la pared de un cuarto sin ventanas
(Un cuarto sin ventanas, Marea)
 

·         El banco incomodo: Llevas mucho tiempo sentado en el mismo banco y la ligera molestia que te provocaba en la espalda ahora se ha convertido en una tortura. Ya no estás cómodo en ese banco. Era el banco de tus sueños, por eso lo compraste, pero el tiempo ha desgastado las patas y ahora no cumple tus expectativas. Tú has cambiado y el banco también.

Eso no quiere decir que en su momento no fuera el banco perfecto, no quiere decir que no haya habido amor ni siquiera quiere decir que haya sido un error. Simplemente no era el definitivo o simplemente has visto un banco mejor.

Tantos días, meses o años juntos, han matado todo. Lo que antes era divertido ahora es rutinario. Vuestras vidas han tomado diferentes caminos. Ya no queréis lo mismo. Quizá sea la vida laboral que consume todo tu tiempo, quizá ya no estés dispuesto a vivir en el mismo sitio toda la vida, vivir en un sitio al que sientes que no perteneces y sin embargo el banco está anclado a él.

Puede haber muchas razones. Has conocido gente nueva que te ha abierto otras miras o incluso has conocido un nuevo banco mucho más cómodo.

Son muchos los síntomas que indican problemas de pareja graves y profundos. Vuestras vidas cada vez tienen menos cosas en común, tus amigos ya no son sus amigos. Hay toda una vida social al margen de la pareja, una vida con la que te diviertes y en la que no lo echas de menos. Los actos sociales juntos cada vez son menos y se reducen a compromisos familiares y/o amistosos. La boda de algún amigo, comidas con los suegros y/o cuñados, algún bautizo, cumpleaños… Pero ya no es la primera opción de diversión.

No es fácil dejar un banco con él que has sido tan feliz. Has construido una vida en común y sientes miedo a lo nuevo, a lo desconocido. Vives con él, puede que hasta te hayas casado o incluso tengas hijos en común. Todo es muy complicado. Su familia ya es tu familia. Has construidos lazos afectivos con todos ellos y no te sientes con fuerzas de romper todo eso. Temes ser juzgada por todos, incluso por los tuyos que ya habían aceptado al banco como uno más.

Así que te convences de que será un bache, que ya se te pasara. Hablas con tus personas de confianza y te dicen que es lo normal en las parejas, que siempre hay rachas. Te obligas a seguir intentando creer todo lo que te dicen, es lo más fácil. ¡Cómo vas a romper todo aquello que habéis construido! Solo queda resignarse y tirar hacia adelante.

Pero los problemas siguen ahí, no se han ido ni se van a ir. Cada vez hay más broncas entre vosotros. Cualquier tontería te hace saltar. Lo que antes eran virtudes han pasado a ser defectos. Ya no hay marcha atrás, la relación va a acabar mal.

Siempre es triste cuando algo tan bonito se convierte en un pequeño infierno personal. Por eso no hay que llegar a este extremo, no hay que dejar que el amor que un día sentiste se transforme en odio o incluso, en algo peor, en indiferencia.

No hay que tener miedo a dejar un banco, no es fácil hacerlo pero si es lo más recomendable.
 
·         El banco perfecto: Y por fin, el banco perfecto. El personaje que da sentido a todos los demás. El banco que todos buscamos y que por desgracia pocos encuentran.  La persona en quien confías, la persona con la que te diviertes la persona que te vuelve loco con solo una mirada. No es que sea guap@, es que es el/la más guap@.
A su lado descubres que todo es importante. De pronto entiendes que pasar un domingo por la tarde de peli y manta viendo películas de Hugh Grant no es tan malo. Que lo importante es que este contigo, a tu lado, compartiendo una tarde más. De pronto no importa el resultado de tu equipo de futbol, no importa que tus colegas este de fiesta. Lo único importante es que estas con la persona perfecta y solo quieres disfrutar de eso.
Los despertares son menos duros si lo primero que ves es su cara. Ya no es tan jodido ir al trabajo y despiertas con más energía. La lluvia ya no te fastidia los amaneceres. Eres feliz.
Lo que en otras personas eran defectos que no podías tolerar, ahora son pequeñas cosas que la hacen especial. Aprendes a apreciar cada detalle, incluso los malos. Pierdes la objetividad, porque eres feliz y todo lo demás no importa.
La vida es más fácil, ya no tienes miedo de fracasar. Ya nada puede ir mal porque la gran batalla de tu vida ya la has ganado. Ya tienes tu banco perfecto, ya tienes aquello que todo el mundo busca. Una persona que te completa, que te entiende, que te hace reír, que te hace gozar y disfrutar en definitiva, que te hace feliz.
Empiezas una vida un común, llena de proyectos ilusionantes. Compartes casa, amigos y familia. Compartes un proyecto en común, nuevas ilusiones que mantengan viva la relación, ilusiones que te hacen seguir hacia adelante. Cada objetivo logrado en común es un motivo más para estar feliz. No puedes imaginar tu vida sin en soledad, ya no. Has probado la verdadera felicidad y no aceptas nada más.

El banco perfecto es un personaje utópico, como podéis observa. Lo importante es acercarse a esta utopía. Cuando empecé esta teoría hace muchos meses. Yo creía firmemente en el banco perfecto. Necesitaba creer en él. Pero en la actualidad no me muestro con tanta fe. Observo a mi alrededor solteros ansioso de encontrar a su banco, parejas hartas el uno de la otra, demasiados bancos incomodos, incluso de muchos años. Gente que no sabe valorar lo que tiene. Solo muy rara vez  parejas felices, en las que atisbas la sensación de banco perfecto mutua.

Sigan buscando su banco perfecto, aunque como yo cada vez crean menos en él. Una vida en sin creer en él, quizá no merezca la pena vivirla. Quizá esta búsqueda es la que nos hace mejores personas, la que nos hace querer mejorar, la que nos hace levantarnos por la mañana, trabajar y seguir adelante. Quizá, la esperanza de encontrar un banco perfecto es la esperanza que mueve a las personas, la esperanza que mueve el mundo. Aunque a veces en esta búsqueda solo consigamos una decepción, tras otra.
Y hasta aquí llego la teoría del banco de tres patas. Mucho creeréis en ella, otros pensareis que es una tontuna, el caso es que seguramente todos tengáis razón.  Todos los personajes tienen su parte de verdad, por eso son creíbles, pero ninguno es real.

No se puede cuantificar aquello que llaman amor. No hay dos personas iguales, no puede haber personajes 100% reales. Es tan solo la teoría de un pobre idiota que nunca entendió las emociones, un pobre idiota que nunca entendió el amor y que necesita cuantificarlo y elaborar absurdas teorías que le expliquen el comportamiento y las emociones humanas. Un pobre idiota más racional que emocional, que solo sabe moverse por razones y nunca por emociones. Un pobre idiota que quizá nunca conoció el amor y por eso nunca llego a entenderlo.
Brindemos finalmente, por lo bancos perfectos, por aquellos que lo consiguieron. Brindemos por Irene Cano, que inconscientemente inspiro es teoría.  Otro Gin tonic por favor y que sea en copa de Balón.